Por ejemplo, la religión, si es que los involucrados militan en iglesias distintas y no se pueden poner de acuerdo sobre cual camino elegirán para guíar a los hijos. Me pasó: yo no soy católica, bueno ni cristiana ni nada porque mis apacitos no llegaron a acuerdo alguno y nos dejaron a la buena de Dios, eso es bueno no? y entonces como mi especial esposo es católico desde antes que naciera, nos inclinamos hacia la derecha y las hijas han cumplido con los sacramentos que les marcan sus abuelos paternos, católicos también.
En la economía no hay diferencia alguna, el proveedor es él, así lo marca la ley no? ni discuto.
En lo social cada uno elige sus amistades y los círculos donde quiera girar, aunque no nos guste a veces refunfuñamos, hacemos agrios comentarios pero nos aguantamos.
En la política, ni fu ni fa, no hay pleito, regularmente nos identificamos con el mismo candidato.
PEEEEEEEEEERO, siempre hay un pero, hay una diferencia que no hemos podido salvar, y en la que influyen las regiones tan lejanas una de la otra en las que nacimos: LA GASTRONOMÍA.
No existe ni existirá acuerdo alguno sobre la comida, y la cena y el desayuno. Para el que tuvo la suerte de ser mi compañero de vida (jejejjejej) estar de acuerdo es que yo cocine lo que a él le gusta.
Diálogo permanente en este hogar agridulce hogar:
Esposo: Que me vas a dar de comer
Esposa: No te voy a dar nada, ime que quieres comer
Esposo: No sé lo que me vayas a dar
Esposa: Lo que quieras , tu dime que hago
Esposo: No sé, que vayas a hacer
Esposa: Hago lo que se les antoje
Esposo: No sé, lo que tu quieras
Esposa: Voy a hacer tinga (la tuya)
Esposo: Mmmmmm a mi no me gusta
Esposa: Entonces dime que quieres comer
Esposo: No sé que me vayas a dar
Esposa: Lo que tu quieras............... y así por los siglos de los siglos.
Tengo infinidad de testigos que pueden corroborar que éste diálogo es verdadero.
En mi amada Coahuila la mayoría de las comidas típicas son secas, carne, arroz, chile relleno, frijoles, tortitas, etc. en Texcoco todo va en caldillo, que acá le dicen guisado, de chile verde o de tomate regularmente, así que lo que a mi me gusta y acostumbro comer, no es lo que a él le gusta o acostumbra comer, así que los pleitos por las comidas, desayunos y cenas son inevitables.
La preparación y consumo de alimentos en ésta familia incluyen casi siempre diferencias irreconciliables.