Pero no del repartidor de leche, porque desde que venden LALA en la tienda de la esquina ellos se extinguieron.
Tampoco del repartidor de periódicos, porque desde que existe internet ya casi nadie lo compra.
Del de las pizzas, menos, porque con el incremento de mamás trabajadoras y menos amas de casa, siempre traen prisa.
Mis jijas son hijas del repartidor de culpas, es decir mi marido.
Tiene un hobby aparte del futbol, repartir culpas, ojala fueran pulpas RAGO que me encantan, pero no, lo de él son las culpas.
Si las jijas hacen algo que a él no le parece y en lugar de regañarlas me ubica cual misil a su blanco y me dice: " tu tienes la culpa... por tal o cual cosa".
Si le platico algun problema de mi trabajo, su respuesta es, "tu tienes la culpa", pero el colmo fue el viernes que fuimos a tlaxcala a la inscripción de la jija mayor, veníamos de regreso de un pueblito llamado Contla, y nos acordamos que en otra visita para ir al banco a Apizaco me equivoque de ruta y puebleamos como una hora, así que me dijo: "te acuerdas cuando por tu culpa nos fuímos por donde no era?" y yo evoqué a mi jefa Vazquez Mota y pensé: Dios mío hazme viuda por favor!!!!
Aunque por mucho tiempo he discutido con él sobre los argumentos válidos para un diálogo, las sugerencias, los consejos, que se yo, NOOOOOO al proveedor del hogar nomás no le entra, él las reparte y casualmente nunca dice , sorry fué mi culpa.
Que afán de encontrar un cupable para todo, y eso que no es juez de un ministerio público porque imagino cerraba rápidísimo los casos.
En fin, quejarme no sirve de nada, pero ya era tiempo de contarlo.
En unas horas partimos a dejar a la jija a su nuevo destino, ya que el lunes inicia sus clases en la Universidad Autónoma de Tlaxcala, se que te irá muy bien mi niña, pero si repruebas..... SERÁ MI CULPA!!!!!!!!